Un ruido de columpio
Christian Bobin
Jerónimo Elespe
Un ruido de columpio
Christian Bobin
Jerónimo Elespe
Uno escribe libros (a veces) para llevar a algo, a alguien, más allá de la muerte. Y lo consigue. Eso hacen los escritos de Christian Bobin. Él, sin embargo, lo hace a la antigua: se empeña en escribir con la mano, y, para colmo, lo hace con cartas o textos breves, ajeno a los tambores modernos, a ese sin parar, a los mails o los móviles (que no usa). Y así nos invita a hablar tranquilamente de vida, porque no nos enteramos de nada, ella pasa, y de pronto nos quedamos atónitos: bajaron el telón, nos quitaron la fiesta de delante, se fueron los artistas.
Información adicional
Genero: Poesía y Arte
ISBN: 978-84-09-30221-5
Editorial: La Cama Sol
Fecha de impresión: 2021
Número de páginas: 96
Medidas: 170 x 240 mm
Christian Bobin y Jerónimo Elespe
Christian Bobin es un poeta francés, europeo, universal, un poeta de la luz, de los días lentos y de las noches rubias. Piensa que uno no puede tener la verdad sino sólo vivirla, que estamos hechos de los que amamos, que el encanto de una persona es ser más libre que su vida, más grande que la muerte. Vive en un pequeño pueblo, apenas viaja a París. Desde allí ha publicado más de cuarenta libros de poesía, que han sido inmensos éxitos. Apenas un puñado han sido publicados al castellano. Este es el sexto que hemos hecho (anteriormente se publicó Un asesino Blanco como la nieve, El Encanto sencillo edición 2018, El hombre alegría, Soberanía del vacío, El Encanto sencillo (nueva edición de 2020 con obra de Cristina Almodóvar), La noche del corazón con Juan Uslé, El otro rostro acompañado por el gran artista Jaume Plensa, Un ruido de columpio con obra de Jerónimo Elespe y Una mujer en ciernes, con la artista Anka Moldovan. Muchos más seguirán. Nos habla del incendio de la vida, del encanto sencillo de ser un hombre alegría. Nos invita a pasear con él, dejándonos por el camino aforismos ciegos, una prosa de profunda intensidad. Para él escribir es dialogar con el silencio: hacer estallar el corazón en mil silencios. Lo que no puede bailar sobre la punta de los labios va a gritar en el fondo del alma, así piensa Bobin. Busca el relámpago del rayo que cae, lo busca con la lluvia de la tinta sobre las páginas. La luz aletea sobre un rostro. La voz vibra. No te pierdas este viaje. Pura poesía.
Jerónimo Elespe nació en Madrid, en 1975. Estudió en Estados Unidos, donde se licenció en la School of Visual Arts de Nueva York, completando sus estudios con un master en la Universidad de Yale. Durante más de doce años vivió en Nueva York desarrollando allí los inicios de su carrera artística. A través de un lento proceso acumulativo de adición y sustracción, de meses o incluso años, cada pintura de Jerónimo Elespe se revela como una plataforma para investigar la propia naturaleza del tiempo y la memoria. Toma como puntos de partida referentes autobiográficos y así examina la capacidad de la pintura y el dibujo como registro de realidad y ficción. A menudo trabaja en muy pequeños formatos, explora las propiedades físicas de las obras abriendo un espacio contradictorio entre la parte puramente objetual de las reducidas piezas, marcadamente físicas, y su temática, habitualmente aludiendo a estados próximos a lo inmaterial. En las instalaciones de sus enigmáticas piezas Elespe incide en la importancia del uso del espacio expositivo como un lugar en el que el espectador ha de realizar una labor activa, estableciendo ritmos y potenciales recorridos entre las obras, convirtiendo así la observación de las pequeñas piezas en un acto físico que replica al del artista en su estudio. Creando, en definitiva, un sentido de transferencia entre artista y espectador. Junto con un profundo estudio de la historia de la pintura, fuentes tan diversas como la literatura simbolista y decadentista francesa de finales del XIX o la narrativa de Donald Barthelme y J.G. Ballard, entre otros, juegan un papel fundamental en la práctica de Elespe, siguiendo un diálogo entre realidad y ficción en el que las obras cumplen a la vez la función de ambiguos y muy personales diarios abstractos, herramientas de experimentación de diversos lenguajes pictóricos y repositorios de ficciones creadas por el filtro de la memoria.
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