El hombre alegría

Incluye 19 obras originales de José María Sicilia y textos manuscritos por Christian Bobin.

Un libro esencial, de 2012, que empieza y termina en el azul. Su autor, Christian Bobin, es un poeta francés, poeta principalmente en prosa. Nacido en 1951 en la borgoñona e industrial Le Creusot, desde hace una decena de años vuelve a vivir en su periferia, en una casita en el campo, al borde del bosque del Petit Prodhun, en compañía de la también escritora Lydie Dattas. Partidario de la risa (como puede comprobarse en más de una de sus entrevistas radiofónicas o televisivas), Bobin es el hombre-alegría, al que motivan las cosas sencillas, los milagros de lo cotidiano, los instantes únicos, la infancia, el silencio, la soledad, la lentitud, los paseos por el campo, un reloj ochocentista, la música a reacción de un avión rasgando el aire, un jabalí perseguido por los cazadores y que cruza repentino la carretera, cementerios rurales como los que pinta nuestro amigo Cristino de Vera, un gato de franciscana delgadez, el desmoronamiento de los pétalos de una rosa, la arquitectura de los monasterios y la de la catedral marinera de Maguelone, los zambranescos claros del bosque, el paso de las estaciones, la contemplación de los pájaros y de las mariposas y de las libélulas, la de las nubes que pasan y que le animan a la constitución de Une bibliothèque de nuages, “el silencio de la nieve que cae sobre la nieve”, frase esta última a poner cerca de aquello de alguien cercano, precisamente, a María Zambrano, el siempre recordado Ramón Gaya: “la nieve siempre es medieval”…

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Christian Bobin y José María Sicilia

Christian Bobin es un poeta francés, europeo, universal, un poeta de la luz, de los días lentos y de las noches rubias. Piensa que uno no puede tener la verdad sino sólo vivirla, que estamos hechos de los que amamos, que el encanto de una persona es ser más libre que su vida, más grande que la muerte. Vive en un pequeño pueblo, apenas viaja a París. Desde allí ha publicado más de cuarenta libros de poesía, que han sido inmensos éxitos. Apenas un puñado han sido publicados al castellano. Este es el sexto que hemos hecho (anteriormente se publicó Un asesino Blanco como la nieve, El Encanto sencillo edición 2018, El hombre alegría, Soberanía del vacío, El Encanto sencillo (nueva edición de 2020 con obra de Cristina Almodóvar), La noche del corazón con Juan Uslé, El otro rostro acompañado por el gran artista Jaume Plensa y Una mujer en ciernes, con la artista Anka Moldovan. Muchos más seguirán. Nos habla del incendio de la vida, del encanto sencillo de ser un hombre alegría. Nos invita a pasear con él, dejándonos por el camino aforismos ciegos, una prosa de profunda intensidad. Para él escribir es dialogar con el silencio: hacer estallar el corazón en mil silencios. Lo que no puede bailar sobre la punta de los labios va a gritar en el fondo del alma, así piensa Bobin. Busca el relámpago del rayo que cae, lo busca con la lluvia de la tinta sobre las páginas. La luz aletea sobre un rostro. La voz vibra. No te pierdas este viaje. Pura poesía. Christian Bobin es uno de los grandes poetas contemporáneos. En su país, Francia, se ha convertido a lo largo de las últimas décadas en una voz singular, íntima, llena de luz, que se declina en una prosa poética cargada de emoción. Cada uno de sus libros es un evento literario, un éxito que se repite en librerías, donde se venden cientos de miles de ejempla- res. Este es su tercer libro publicado por La Cama Sol. Muchos más vendrán. Su poética es a vida o muerte: “De un poema espero que me corte la garganta y me resucite”.

José María Sicilia (Madrid, 1954) es uno de los representantes más significativos de la pintura española de los años ochenta. Comenzó su carrera artística estudiando en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid para después instalarse en París, en 1980. Allí coincidió con otros dos artistas españoles -Miquel Barceló y Miguel Ángel Campano- igualmente referentes junto a José Manuel Broto y Ferrán García Sevilla de la pintura española de la época. Desde su llegada a Francia el artista trabaja en grandes formatos y su pintura advierte una constante evolución. Su trabajo se organiza en series pictóricas donde se encuentran reunidas naturalezas muertas y representaciones de herramientas y utensilios domésticos (aspiradores, planchas, tijeras, cubos, etc.); al igual que vistas de paisajes urbanos de Madrid y París. Durante mediados de los ochenta logrará el reconocimiento en España, Francia y también Nueva York; con unas pinturas marcadas por la libertad del gesto, la violencia del color y el dinamismo del trazo. Su exposición individual de 1982 en la galería Trans/Form de París, la presentación de su obra en España en 1984 por el galerista Fernando Vijande y su individual en la galería Blum Helman de Nueva York en 1985 marcan los comienzos de una trayectoria que ha logrado encontrar un lugar consolidado en la historia de la pintura contemporánea española.

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