Volveré a nacer

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Anise Koltz y Anna Rierola

Anise Koltz de ascendencia checa, belga, alemana, inglesa, nacida en Luxemburgo, esta europea escribe en varios idiomas, en alemán primero y, luego, hasta el final, en francés, que termina por convertirse en su idioma predilecto. Es autora de unos cuarenta poemarios, entre ellos Volveré a nacer, Premio Apollinaire y, hace unos pocos años atrás, con casi noventa años, del prestigioso Premio Goncourt de Poesía. Hasta la fecha, como con Etel Adnan, no se habían publicado poemarios completos suyos al castellano, solo antologías escuetas, migas de pan para los gorriones. Los suyos son poemas que aprietan, golpean, entran, como puños, no dejan ilesos, como todo lo que es bello y salva. Pican como la sal, te parten en dos, en tres, en cuatro, en mil pedazos, como el trueno, como la mar que te entra por el cuerpo y te come a bocados, te raspa, lame con su frescor. Con sus palabras ella busca hincar las uñas en el tiempo, meterle los dedos hasta la garganta, y tirar de la cuerda, para que salten las nubes, para que la vida salga como una fiera, para que el amor cante como un evangelio.

Anna Rierola (Barcelona, 1969) trabaja en la intersección entre el arte y la ciencia. Su obra es una respuesta a la experiencia de sumergirse en el mundo de la ciencia hecha imagen. La estrecha relación y colaboración con científicos y centros de investigación punteros en todo el mundo le ha permitido el acceso, selección y comprensión de imágenes realizadas con diferentes tipos de técnicas e instrumentos: tomografías, rayos X, microscopía confocal, telescopios y satélites. El acceso a nuevas formas de ver el infinito y el infinitesimal conforman el punto de partida de un proceso muy personal de deconstrucción y reconstrucción sintáctica y semántica de imágenes para ofrecer nuevos paisajes y abrir nuevas rutas mentales. En este sentido, Anna afirma: “La imagen tecnocientífica me pone en contacto con la belleza, la complejidad y el misterio del Universo, pero también me sitúa en un silencio cósmico y en una precariedad personal.” (…) Somos red de redes. (…) Estamos hechos y formamos parte de una red de interconexión de sistemas.” Anna nos hace aflorar universos aparentemente invisibles, focalizando nuestra mirada en la complejidad del mundo que nos rodea, en la armonía de las leyes de la naturaleza y en la vinculación entre lo diminuto y la inmensidad. Sus proyectos están atravesados por una visión de mundo unificado, en red, interconectado e interdependiente. En 2018 presentó su trabajo en Pirelli Hangar Bicocca, Milán, con curadoría de la Fundación Veronese; en 2019 finalizó un mural de 60 metros; “Bosque Ancestral”, una obra permanente para la fachada del Instituto de Ciencias del Mar en la Barceloneta, Barcelona. Parte de esta obra es la que podemos ver entre los poemas de Anise Koltz. “Bosque Ancestral” es un fragmento de inmensidad, que fue condición necesaria para la existencia de vida. Nos muestra el Universo y la naturaleza como un todo orgánico, donde cada elemento está interrelacionado y no puede ser aislado del resto. Anna se ha inspirado en el papel primordial de los organismos planctónicos dentro del funcionamiento global de nuestro planeta y en su papel ancestral, tanto en lo que se refiere a la aparición de la vida en el mar hace unos 3.800 millones de años, como por la transformación que realizaron los primeros microorganismos fotosintéticos marinos, cambiando las características de la atmósfera primitiva, y haciendo de la Tierra un planeta habitable para nosotros, tal y como lo conocemos hoy en día. También se ha basado en el aspecto más arquitectónico de algunos de estos microorganismos, cuyos esqueletos acaban sedimentando en el fondo marino, entrando de esta forma a formar parte del ciclo geológico. Fue la primera artista en residencia en el Institut de Recerca Biomèdica (IRB Barcelona), donde su obra, “El Jardín de las Delicias”, portada de FEBS Bioscience Journal, comenzó a gestarse. Una trilogía sobre la vida inspirada en la homónima obra de el Bosco. En 2021 participó de la exposición colectiva “Ecosistemas de lo inesperado” en Arts Santa Mònica de Barcelona con “The Breath of Life”, primera parte de la trilogía. “El Jardín de las Delicias” parte central de la trilogía, se exhibió en el Recinto Modernista de Sant Pau en Barcelona, con una exposición individual, comisariado por la fundación Quo Artis, en colaboración con el Institut de Recerca Biomèdica (IRB Barcelona). Y en el 2022 se expuso en el Polígono Digital de Málaga.Actualmente está a punto de presentar la última parte de la trilogía: el infierno, donde enfermedad y la muerte quedan plasmadas.

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