Divina Comedia: Inferno

Dante pensó en la futura difusión de su texto acompañado de ilustraciones, como en aquel tiempo se hacía con otras grandes obras, sacras o profanas. El hecho es que la tradición iconográfica de la Comedia empezó muy pronto, pocos años después de la muerte de su autor, y la inauguraron los mejores miniaturistas de la Toscana, la Emilia Romaña y el Véneto. Han pasado setecientos años y la Comedia no solo es fundamental para la historia de la literatura; lo es también para la historia del arte: Botticelli, Zuccari, Flaxman, Blake, Doré, Rodin, Vaquero Turcios, Dalí, Barceló… Siete siglos de comentarios visuales que ahora culminan en este poderoso Infierno de Jordi Díaz Alamà.

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Dante Alighieri y Jordi Díaz Alamà

Dante Alighieri era un poeta italiano. Su familia pertenecía a la baja nobleza florentina, y el mismo Dante idealizó ese vínculo al tratar en el Paraíso de su antepasado Cacciaguida. Durante sus años de estudio coincidió con el poeta Guido Cavalcanti, algo mayor que él, a quien consideraba su “primo amico”. Según explica en la Vida nueva, en 1274 vio por primera vez a Beatriz Portinari cuando ella contaba ocho años y él tan sólo uno más; el apasionado y platónico enamoramiento tendría lugar al coincidir de nuevo con ella nueve años más tarde. En 1285 tomó parte en el asedio de Poggio di Santa Cecilia, defendido por los aretinos, y dos años después se trasladó a Bolonia, si bien se tienen dudas en lo referente a su paso por la universidad de dicha ciudad. Sí que hay pruebas, en cambio, de su participación en la batalla de Campaldino, en la cual se enfrentó a los gibelinos de Arezzo. En 1290 murió Beatriz, y un año más tarde Dante se casó con Gemma di Manetto; el matrimonio se había convenido ya en 1277 y de él nacieron cuatro hijos. En 1295 se inscribió en el gremio de médicos y boticarios para participar en la política municipal florentina; entre mayo y septiembre del año siguiente fue miembro del Consejo de los Ciento, y en 1298 participó en la firma del tratado de paz con Arezzo. En 1300, y en calidad de embajador, se trasladó a San Gimignano para negociar la visita de representantes de la Liga Güelfa a Florencia, y entre el 15 de junio y el 14 de agosto ocupó el cargo de prior, máxima magistratura florentina. En octubre de 1301, y tras oponerse al envío de tropas para ayudar al papa Bonifacio VIII, fue designado embajador ante el pontífice. El Papa lo retuvo en Roma en contra de su voluntad mientras los güelfos negros, facción partidaria del papa y opuesta a la de Dante, se hicieron con el poder en Florencia y condenaron al exilio a un nutrido grupo de güelfos blancos, Dante entre ellos. Durante su largo exilio proyectó obras de gran ambición, como De vulgari eloquentia y Convivio, interrumpidas hacia 1306 para dedicarse a la mayor creación de su vida: la Divina Comedia. Murió poco tiempo después de terminarla.

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